El catequista, una puerta abierta para
el encuentro con Dios
Ser puerta significa aceptarse como instrumento y tener claro que nuestra misión es quedar abiertos, ir perdiendo protagonismo para que otros puedan encontrarse con Dios y su Palabra.
Si en nuestro corazón anida el Señor, será cuestión de abrir la puerta para enseñar que El nos anima, nos da fuerza y esperanza. Abrir la puerta es dar testimonio, hablar desde el corazón y la experiencia. Invitar al encuentro y presentar al Dios que llena nuestros días.
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