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lunes, 26 de diciembre de 2011

MENSAJE NAVIDEÑO

Catedral del Sagrado Corazón de Jesús, San Cristóbal
 Ecatepec, 25 de Diciembre de 2011.

Muy amados sacerdotes.
Carísimos seminaristas
Queridos religiosos
Amado Pueblo de Dios que peregrina en Ecatepec
A todos los hombres y mujeres de Buena Voluntad.
        Hoy me dirijo a ustedes en esta especial celebración de la Navidad y en los umbrales de un nuevo año 2012. Quiero comenzar considerando las palabras del Profeta Isaías: “El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz: sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz” (Is 9,1).  Preguntémonos: ¿Qué es la navidad?, ¿celebrar que nos ha visitado el sol que nace de lo alto?, ¿es el sendero que guía nuestros pasos por el camino de la paz?(Cfr. Lc 1, 68-79). Sin lugar a dudas, la luz y la paz son el mismo Jesucristo que siendo Dios se hizo hombre en aquel pesebre de Belén.
        Les invito a reflexionar sobre este hermoso misterio de la Navidad, ya que aunque la luz de Cristo alumbra con gran fulgor, muchas veces los hombres vivimos sumergidos en las tinieblas, porque nos quedamos en el fango de nuestros pecados y en un entorno de muerte y destrucción. Cristo es nuestra paz, porque nos reconcilia uniéndonos en un solo cuerpo por medio de su Cruz (Cfr. Ef 2, 13-18), sin embargo vivimos en la enemistad y la violencia.
        Haciendo una mirada introspectiva de nuestra vida y analizando la situación familiar, social, económica, educativa, laboral y política en que vivimos; nos damos cuenta de esta lamentable realidad. Entonces viene esta interpelación: ¿Cómo hacer nuestra la Navidad? ¿Cómo hacer que nuestros corazones sean verdaderas moradas de Dios que viene a Salvarnos? Debemos recordar a quien esperamos: No hay navidad sin Cristo, y  Él es el CAMINO, la  VERDAD y la VIDA (Cfr. Jn 14, 6)
        El año 2012 será un año muy importante en el rumbo que tomará nuestro País y nuestra Iglesia Particular de Ecatepec, por ello debemos meditar el “camino” que vamos a tomar. Y creo firmemente que hay un solo CAMINO que con seguridad nos lleva a la plenitud y felicidad: Jesús. No desviemos nuestra mirada de Él, renunciemos a los caminos de la violencia, de la corrupción, del desaliento y de la división.
        Para salir de las tinieblas, debemos entrar en la luz de la VERDAD. Evitemos dejarnos llevar por ideales aparentemente esplendorosos, pero que son efímeros, como son: equiparar el consumismo con la felicidad, guiarnos por la ley del mínimo esfuerzo, buscar el poder por las ambiciones personales o de grupo y no como servicio a los demás,  dejarnos llevar por las promesas electorales que después se convierten en compromisos incumplidos, el poner nuestra confianza en los avances científicos y tecnológicos sin una ética que nos lleve al recto uso de las cosas. La Verdad en Cristo es vivir coherentemente nuestra fe, vivir llevando a la práctica la Palabra de Dios, no haciendo dicotomía entre lo que creemos y lo que hacemos.
        En la Navidad proclamamos la VIDA. Sabemos que Jesús nos trae la vida en abundancia (Cfr. Jn 10,10), valoramos a la familia como patrimonio de la humanidad, donde los niños, jóvenes, adultos y ancianos están llamados a vivir en el amor. Por eso rechazamos la violencia y las miles de muertes producto de la inseguridad y barbarie que prevalece en nuestro país; así mismo, las muertes ocasionadas por el aborto, la drogadicción y el alcoholismo, y las muertes que más lastiman a causa del hambre y la pobreza a la que está sometida gran parte de nuestra sociedad.
        En esta ocasión, también como su Padre y Pastor quiero compartir estas alegrías: la primera es la culminación de nuestro Primer Sínodo Diocesano, que en esta Navidad promulgo y que pronto lo podrán tener, leer y analizar todos los agentes pastorales de nuestra Diócesis de Ecatepec, pero sobre todo en oración pido a Dios que se lleve a la práctica, para hacer de nuestra Iglesia, una Diócesis Evangelizada y Evangelizadora y que toda la experiencia de los primeros XVI años de vida diocesana se consoliden con las normas que sin duda ayudarán a ser más eficaz nuestro servicio a la Iglesia y al mundo, llevándoles las Buena Noticia de Jesucristo. La segunda alegría es la próxima visita del Papa Benedicto XVI a México, deseo que su mensaje resuene en los corazones de todos los católicos y hombres y mujeres de buena voluntad  y sea un nuevo impulso en la acción misionera de la Iglesia.
        Virgen María de Guadalupe, pongo bajo tu amparo y protección a nuestra Diócesis de Ecatepec, bendice a mis sacerdotes, seminaristas, religiosos, religiosas y laicos; acompáñanos en nuestro camino a la Vida plena en Cristo, te encomiendo a nuestra Patria para que construyamos el México del amor, de la justicia, del perdón, de la paz y de la solidaridad: el México de Cristo. 
        Les deseo a todos Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo, impartiéndoles mi bendición.
        Su Obispo que los Ama.

     + Onésimo Cepeda Silva
     Primer Obispo de Ecatepec


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